Noticias
Publicada: Domingo 20 de Julio, 2025

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 10, 38-42

 


Domingo 20 de julio, Tiempo Ordinario

Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.

Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.

Palabra del Señor

 

Te invitamos a meditar con Fray Vicente Niño Orti, del convento Santo Tomás de Aquino 'El Olivar', Madrid, España:

¿Se puede vivir entregando la vida a los demás sin medida, gastándose por otros, amando hasta el extremo? ¿De dónde se sacan las fuerzas para vivir así? En cada pasaje del evangelio en el que Jesús tiene que hacer algo significativo, se nos cuenta que primero se retira a orar, a estar a solas con el Padre, a escucharle y dejarse envolver por el abrazo de amor del Espíritu. Y así es como hay que leer este pasaje de Marta y María.

Demasiadas veces en la historia de la espiritualidad se ha leído como una contraposición entre la vida activa - Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas cuando solo una es necesaria - y la vida contemplativa -María, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada - cuando quizás la clave de lectura adecuada es la de pensar que un activismo sin experiencia profunda de Dios, sin teofanía, sin escucha del Verbo, sin la memoria constante de la presencia de Cristo en nuestra vida, es afán vacío.

No critica el Señor a Marta porque sirva en mil y una actividades, lo que le critica es que se olvide de escucharle, de encontrarse con Él, de priorizar el estar a mil cosas y olvidarse de la única necesaria para nutrirse: su palabra y su presencia. Sólo desde un trato constante y cotidiano, la oración, la celebración, los sacramentos, la vida de la comunidad, la pertenencia a la Iglesia, es posible gastar la vida, entregarla a los demás, servirles con el amor que llena la existencia.

¿Cómo nutro mi vida cristiana, cómo la alimento y la sostengo? ¿Me dejo encontrar por Dios que está buscando salir a mi encuentro para llenarme de promesas de vida? ¿Me fío de que su Palabra es mayor que mis anhelos, mis expectativas y esperanzas? ¿Soy capaz de aceptar quebrantos y sufrimientos por amor a Dios y a los demás?

Fuente: Dominicos.org




Av Vitacura 3729, Vitacura, Región Metropolitana
Teléfono: 22 208 1730
E-mail: secretariapinmaculada@iglesia.cl