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Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso
Jesús dijo a sus discípulos:
Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames.
Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.
Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los desagradecidos y los malos.
Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes.
Palabra del Señor.
A continuación, te invitamos a profundizar la Palabra con Fr. Carlos Ávila O.P., del Convento de Ntro.Padre Sto. Domingo:
¡Amen a los enemigos! Si no lo hubiese dicho Cristo, tal vez nos podría parecer algo absurdo y ridículo, pero lo ha dicho Jesús quien nos dio ejemplo en la cruz. ¿Es posible mandar el amor? ¿Acaso alguien puede ordenar sentir afecto por otro?
La inclinación cariñosa hacia una persona es espontánea e involuntaria, ¿cómo, pues Jesús pudo ordenarnos ello? Y peor aún, ¿cómo amar a nuestros enemigos? ¿Por qué habríamos de amar a nuestros enemigos? Es decir, ¿hay que amar a nuestros enemigos, a quienes nos odian, a quienes nos maldicen, a quienes nos lastiman, a quienes nos roban? Para no confundirnos es necesario averiguar que quiso decir Jesús, y así sabremos lo que en realidad exigió a sus seguidores cuando les ordeno amar a los enemigos.
Fuente: Dominicos.org
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