Se crea la octava comunidad en nuestra parroquia

Alegres por este caminar de fe de sus miembros

Con esperanza, emoción y una profunda vivencia de fe, el pasado sábado 17 de mayo se conformó la octava comunidad neocatecumenal en nuestra parroquia.

Después de dos meses de catequesis, alrededor de 30 personas continuarán su camino de evangelización y vida comunitaria para fortalecer el espíritu y ser discípulos-misioneros de Cristo.

Ángel Rubio y Marian Ardiles son un matrimonio que asumió con alegría y convicción la responsabilidad de acompañar este naciente grupo, como “primeros responsables”.

Ángel explicó que este tiempo de preparación “fue una oportunidad para crecer espiritualmente y acercase aún más a Dios”.

Él comenzó a participar en los Talleres de Oración y VIDA (TOV) y luego en las catequesis semanales del neocatecumenado. Recordó con gratitud este caminar, “el compartir, el escuchar los testimonios de los demás, la participación y guía del párroco, los catequistas, la profundidad, cercanía y calidez con que nos acogieron”.

También valoró “los signos y emotividad de las Misas y actividades. Nos sentimos parte de todo esto. Todo este caminar nos ha remecido en términos positivos”, afirmó Ángel.

Por su parte, Marian también se mostró agradecida por este tiempo de gracia. “Fue muy enriquecedor espiritualmente. Con las catequesis fui profundizando mis conocimientos como católica”. Y al hacer el retiro “se reafirmó esto en una forma más vivencial, más personal, porque vivimos momentos maravillosos”, recordó Marian.

Ángel y Marian son conscientes del camino que comienza y de los desafíos que asumen, con esperanza y confianza en Dios.

“Primero, queremos que esta comunidad pueda seguir viviendo la fe. Estamos muy entusiasmados y con muchas ganas de que perdure en el tiempo y seamos un testimonio de fe para la comunidad parroquial”, señalaron.

Esta octava comunidad vivirá un momento muy especial este sábado 24 a las 19:00 hrs., ya que será recibida fraternalmente por las otras comunidades ya existentes.

Será una celebración de comunión, gratitud y envío, donde una vez más se hará visible que Dios sigue llamando y reuniendo a su pueblo para caminar juntos en la fe.