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Viernes 26 de Julio, 2019

“Vivir o morir, ambos caminos eran un premio para mí”

 


Testimonio de Rodolfo García

Seguimos conociendo los testimonios de nuestros agentes pastorales y en esta ocasión hemos conversado con Rodolfo García, quien nos cuenta lo que ha significado para él la presencia de Dios en su vida, especialmente en episodios de enfermedad, y cómo ha sido su respuesta a este amor que Dios le ha manifestado.

Desde hace mucho tiempo, él observaba que las abundantes tareas administrativas de las iglesias (además de las pastorales), eran realizadas también por sacerdotes, y pensaba cómo podrían aportar los laicos en esta labor tan indispensable.  Con el pasar de los años, se incorporó a nuestra parroquia y nos cuenta: “Me di cuenta que hoy más que nunca, se necesita la mayor cantidad de gente que le interese el bien de la iglesia y desde esa perspectiva soy un convencido que dar mi tiempo a la Iglesia es un deber para mí; algo que ya llevo realizando hace unos 16 años aproximadamente”.

Rodolfo fue el coordinador de la Misa de las 12:45 hrs. los domingos donde también es ministro de Comunión: “Soy bastante comprometido e intento no faltar nunca. Siento que en la medida que los laicos somos conscientes de la importancia del trabajo en equipo que realizamos activamente junto a los consagrados, podremos ‘hacer que las cosas sucedan’ y entre todos, sacaremos adelante nuestra Iglesia, esa es nuestra misión” afirmó.

Hace algún tiempo, atravesó por un cáncer muy severo que lo hizo reflexionar y agradecer el don de la vida.  Hoy nos cuenta cómo la fe le ayudó a enfrentar esta difícil enfermedad: Siempre me entregué a la voluntad del Señor, pues en ese minuto de mi vida tenía dos caminos, vivía o moría y en definitiva, ambos eran un gran premio.  Por un lado, si mejoraba tendría la oportunidad de continuar compartiendo con mis seres queridos y, por otro lado, si moría, yo optaba por la vida eterna, entonces, como sea que lo viéramos, con ambas opciones salía ganando” señala alegremente.

Además continuó diciendo: “Otra cosa que me ayudó es que tomé todo esto con gran sentido del humor porque el positivismo es contagioso, al igual que las personas que se amargan y ven todo negativo...eso también ‘se pega’, y yo quise pensar positivo, y en definitiva, reírme de mí mismo.  Eso me ayudó mucho”.

Al referirse acerca de su familia, Rodolfo comenta muy emocionado: “El apostolado de mi familia fue maravilloso, algo que guardo como un gran tesoro, pues sin su apoyo yo no habría podido avanzar”. 

Por otra parte, destaca el rol fundamental de los buenos amigos en este proceso: “Debo confesar que muchas veces hice un gran esfuerzo para no demostrar lo mal que me sentía cuando iban amigos a visitarme, sin embargo, con su presencia, ellos me animaban a seguir luchando y me llenaban de nuevas energías.  Creo que descubrir el valor de los buenos y grandes amigos, y todo el amor que recibí de su parte, es un verdadero regalo para mi alma, que la tengo ‘hinchada de gozo’ por eso”.

Finalmente, Rodolfo desde su propia experiencia de fe, nos anima con un bello mensaje que divide en 3 partes importantes: “Los invito a todos a que siempre oren para tener su espíritu con la mayor tranquilidad posible, a que se pongan en manos del Señor, para que Él lo guíe a uno por el camino que corresponde.  Si uno reza y medita el Salmo 23 ‘El Señor es mi pastor, nada me habrá de faltar’, tendrá la confianza suficiente y la certeza que Dios sí nos conducirá a las ‘aguas tranquilas’ que necesitamos ¡eso es la fe!  Además, apóyense siempre en el cariño de la gente que les quiere y se lo demuestran, no hay nada peor que aislarse del mundo, con eso no se logra nada, sin embargo, si abrimos nuestro corazón al amor de quienes desean lo mejor para uno, eso será una gran medicina.  Y por último, mantengan el sentido del humor, la depresión es muy contagiosa y todo se vuelve en esa sintonía, en cambio, si uno se ríe de sí mismo, y piensa positivo todo el tiempo, quienes están a nuestro alrededor también lo harán, y el ambiente se volverá más llevadero, más esperanzador, por eso para mi es tan importante este último punto”.

Agradecemos el testimonio de Rodolfo García, agente pastoral activo de nuestra parroquia, que nos anima a confiar siempre en el Señor, porque “para Dios todo es posible”.
 

"El Señor es mi pastor: nada me falta;
en verdes praderas Él me hace reposar. 
A las aguas tranquilas me conduce, y reconforta mi alma." 
(Salmo 23, 1- 3a.)




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